Un muy buen final para una muy mala semana

Por fin se terminó!! Por fin empieza otra!! Bienvenido Lunes, gracias por venir!!

Recuerdo pocas, muy pocas, semanas en mi vida peores que esta. Bueno, no sé, tal vez exagero… O tal vez es que cualquier tiempo pasado fue mejor…

Lo único que sé es que me alegro de que haya pasado… Y es que el lunes, a eso de las 9.30h, ya íbamos mal… Esta semana era importante en el trabajo, y había que estar al pie del cañón, y estuve, pero tocada. Porque a esas horas, tempranito y lunes, ya me dieron desde consellería un buen susto… No era tan grave, no era para tanto, pero sabéis muchas, por experiencia propia, lo que afecta cualquier cosa que tenga que ver con el proceso… Y era algo bueno que supiéramos, algo que sólo había que asimilar y guardar en el disco duro, para aprender, para utilizarlo en el momento justo… pero trastoca.

Y trastocados, seguimos nuestra semana, yo además, entregada al trabajo, en mi puesto… y pasó el lunes trastocados, pasó el martes asimilando, y llegó el miércoles… y se me quebró el corazón… Una visita de Leia al veterinario que esperábamos rutinaria, se convirtió en una pesadilla. Mi gordita, mi princesa, mi pobre perra… eso no me lo pueden tocar… Exagero de nuevo, no era para tanto, no peligraba su vida, ni su calidad de vida… Era algo que había que asimilar… Y supongo que lo haré (seguro, es lo único bueno de ser una cabezota, que hay que tirar palante sí o sí)… porque hasta ahora, bastante esfuerzo fue el tomar una decisión y llevarla adelante… el resto, ya vendrá. Después de una noche de insomnio, el jueves a primera hora estaba en el quirófano. Así que ya vendrá lo demás, que ahora tenemos suficiente con cuidarla, mimarla, medicarla, y procurar que no se vuelva a comer 2 pastillas y media de sus antiflamatorios cuándo nosotros la dejamos un ratito sola. Y la verdad es que, una vez llegó el viernes por la tarde, empecé a respirar. Mi gorda vino a buscarme a la puerta, como siempre, a pesar de su super cicatriz. Y empezó a comer, y a beber, y a querer salir a la calle… Y mi corazón volvió a recomponerse.

El sábado celebrábamos el Santo de las Cármenes de la familia, y dejamos a Leia en casita descansando (lo que aprovechó para el citado festival pastillero), y mi sobrino David se encargó de que volviéramos a tomar conciencia de lo maravilloso del mundo. ¡Qué maravillosa es la vida con un niño cerca! Después llegó la terapia culinaria, aprendiendo a hacer una tarta con mi hermana (3 chocolates, ahí es ná!!). Una velada de charla con amigos por la noche, y más si se abusa un poco del vino, también anima mucho. Y un Domingo completo, con playa, piscina, chiringuito, amigos, niños y celebración de la llegada de Inés terminan de pegar la tiritas en las heridas, para que podamos decir, qué bueno que terminó, pero qué bien que existió.

Sobrevivimos!!

PD: Me he dado cuenta que no he contado nada del encuentro en la carrera de Xeresa… Qué fuerte, con lo que disfruté!! Me dejó tan buen rollito que me duró la nube toda la semana. Ester lo contó muy bien en esta entrada, con fotitos y todo. Y este finde… Encuentro con Fátima y Nür!!