Nuestr@ hij@ (mayor ) vendrá de Costa de Marfil

Algunos de vosotros (los que os pasáis por aquí) nos habéis preguntado a veces dónde dirigíamos nuestro proceso. No me extraña, porque siempre he sido consciente de que no lo estaba dejando claro. Fue un lío desde el principio, nos dejamos marear y os mareamos. En esta entrada, quiero contar todo lo que nos fue ocurriendo para que se fuera definiendo nuestro camino.
Cuándo acudimos a la charla informativa, salimos pensando que abriríamos las 3 vías que nos permitía nuestra comunidad, 2 internacionales y 1 nacional. La nacional, dados los tiempos de espera (7 años entonces), la abríamos para nuestro segund@ hij@. En la charla nos habían hablado muy bien del proceso en Colombia, de su transparencia y del cuidado que ponen en la adaptación inicial, y eso nos atraía mucho, así que pensamos en ella como una de nuestras vías de internacional. Y nos dedicamos a buscar información sobre otros países dónde los tiempos fueran más cortos.
La lista era muy larga, teniendo en cuenta que no nos importaba el color de la piel de nuestros hijos. Así que empezamos a seleccionar según algunos criterios. No nos gustaba la idea de ir a un país que nos exigiera tramitar con ECAI (Etiopía, Vietnam), descartamos aquellos cuyos requisitos no cumplíamos (China, Mali...), y nos dejamos llevar también por razones poco objetivas, como la simpatía que nos despertaba el país en cuestión. Y ya entonces, Costa de Marfil empezó a sonar fuerte. Incluso conseguí el correo de una mamá que había adoptado allí por protocolo público y que muy amablemente contestó a las preguntas que le hice (sabes quien eres, no?).
Como teníamos dudas, solicitamos una entrevista individual con los técnicos de adopciones de Consellería. Aunque parezca increíble, fue un error. Nos dejamos imponer sus criterios: Nada de África por protocolo público, sois jóvenes, tenéis mucho tiempo, sólo Colombia. Cuándo quise darme cuenta, nos habían despachado sin preguntar siquiera por Costa de Marfil. Ni otras muchas cosas que yo había anotado cuidadosamente en una libretita. Al día siguiente presentábamos las solicitudes de Adopción Nacional e Internacional en Colombia. Fueron pasando los días y nos dimos cuenta que no estaba bien, que no había sido nuestra elección. Pero enseguida nos llamaron para los cursos, y como sabíamos que se podía cambiar de idea tras la idoneidad, decidimos centrarnos en los cursos y las entrevistas, y dejar la reflexión para más adelante.
Entonces nos topamos con problemas en las entrevistas y tuvimos que paralizar el expediente. 7 largos meses.Un retraso sin sentido para mí, pero he de reconocer que nos sirvieron para la reafirmarnos en nuestro deseo de ser padres por vía adoptiva y explorar todas las posibilidades. Cuándo reactivamos el expediente, hicimos cambios de países. Desechamos Colombia, puesto que el tiempo de espera era muy similar al de nacional, y abrimos Costa de Marfil (cuando Consellería nos dejó) y Cabo Verde.
Las entrevistas fueron bien y nos declararon idóneos para ambos países, pero no nos dejaban continuar con Cabo Verde hasta que no se adecuaran al Convenio de la Haya que acababan de firmar. Ya estaba. Así nos había escogido el país de nuestr@ hij@. Y nosotros, agradecidos, nos hemos volcado con Costa de Marfil. De hecho, poco después de tener el expediente listo, nos llamaron para empezar con las entrevistas de nacional. Por lo visto, nuestro ofrecimiento es amplio, lo que hace que el tiempo de espera para nuestro perfil se reduzca muy mucho. Incluso cabía la posibilidad de que fuésemos asignados en nacional antes que en Costa de Marfil. Si eso ocurría, deberíamos renunciar al expediente de internacional... Y eso no lo queríamos hacer. Así que hemos optado por paralizar el expediente de nacional. Cuando venga nuestr@ marfileñit@, ya pensaremos en el nuevo miembro de la familia, que llegará de al ladito de casa...